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El emprendedor, alumno y maestro

Escrito por Eduardo Sabatés mayo 15, 2017 0 comentarios

Quiero reflexionar sobre los maestros, un tema muy importante y serio, pues sé que en algún momento te enseñaron los conocimientos técnicos y cómo aplicarlos, pero más importante, el cómo aplicar eso en la vida.

Esto me lleva a lo siguiente: ¿Cómo emprendedor debes ser maestro?, ¿debes mantenerte a la expectativa, nada más tratando de aprender o también de enseñar?

¿Qué es exactamente enseñar?

Dentro de mi experiencia tengo la dicha de haber sido profesor de la Universidad La Salle varios años, incluso fui director de tesis de varios alumnos de la carrera de Ingeniería en Cibernética y reconozco dos maneras de enseñanza:

La primera es la cátedra, que es como actualmente un experto –llamado catedrático– imparte clases en el aula, aunque sólo logra que los alumnos se limiten a oír.

Esta forma de aprendizaje tiene una interacción muy limitada, la cual hace que el profesor deba manejar tres cosas:

1. Saber transmitir el conocimiento.

2. Cómo comunica el conocimiento a sus alumnos, ya sea con experiencias o conocimientos.

3. La actitud, que puede ser sugestivo al momento de platicar algo, ya sea de forma optimista, generando experiencias positivas

Otro método, más interactivo y que se originó en Harvard, se llama Método del caso: consiste en generar una serie de planteamientos que hagan reflexionar y ver qué decisiones o acciones se pueden tomar.

Ayuda a crear una disciplina de tomar decisiones ante fenómenos desconocidos, mediante el planteamiento de una situación y con base en un análisis que determinen los hechos reales que se presenten.

Se estudian las posibles vías de solución con otras personas, aunque se den de manera acalorada.

Pero hay otra más: ¡La vida misma! También llamada, en este contexto, “El profesor de la vida”.

Consiste simplemente en meditar ante una situación desconocida y tomar una decisión, viendo los resultados, lo cual deja una enseñanza.

Tuviste unos maestros formidables: tus padres. Te guiaron y procuraron, pero su lección más importante que te impartieron fue la congruencia, logrando que tus dichos se reflejen en tus acciones, situación que hace mucha falta en México.

También ellos te dejaron valores como la honestidad, el respeto, cómo pedir las cosas y cómo tratar a tus semejantes sin importar su condición, edad o género.

Todo esto tiene relación con tu proyecto emprendedor, de si debes ser también un maestro o un estudiante.

¡La respuesta es sí! Tú, emprendedor, debes ser un maestro, ya que habrá momentos en los que transmitirás lo que sabes a nuevas generaciones.

Esos hechos tienen lugar cuando, partiendo de las investigaciones que has realizado, comunicas la solución que creaste a tus posibles clientes y a los miembros de tu equipo, pero siempre exponiendo eso de forma clara y verídica, por qué es mejor tu producto o servicio, su precio y las diferencias que puede tener frente a la competencia.

Emprendedor, asimismo, no debes dejar de ser un estudiante, en especial cuando platiques con los clientes.

Ellos conviven de manera cotidiana con los problemas que resuelves, por eso siempre debes escucharlos y nunca subestimarlos.

Te pueden brindar acercamientos novedosos para mejorar tu producto, o hasta lecciones de vida, como la vez que descubrí un estudio fotográfico del Centro Histórico de la Ciudad de México, que por fuera parecía no tener nada en especial.

Sin embargo, ese negocio se convertiría en mi segundo cliente, desarrollamos una relación basada en el agradecimiento, pues mi producto hizo más fácil su funcionamiento y pagaron con mayor puntualidad que una empresa grande.

Algún día vas a ser maestro y debes prepararte, aquilatando los sucesos que se te presenten, interpretando lo que sabes e investigando cómo comunicarlo.

Te invito a reflexionar sobre esos maestros que dejaron huella en ti y los festejes privilegiando lo que te enseñaron.

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